Carta del Hermano Mayor D. Álvaro Gómez




Estimados hermanos y hermanas de nuestra Hermandad:
“VOLVEREMOS”

Desde que dio comienzo esta situación sanitaria que nos obliga a vivir confinados en nuestros domicilios, esta Junta de Gobierno ha intentado estar en contacto con quienes amáis y sentís profundamente a Nuestros Benditos Titulares a través de las redes sociales y los medios oficiales de esta Hermandad. Sin embargo, como Hermano Mayor, no quería que pasase más tiempo sin dirigirme directamente a vosotros a través de unas palabras de cariño y agradecimiento.

Nuestro hermano Daniel Cuesta SJ un artículo lo titulaba “hay motivos para llorar”, y ciertamente los hay. Muchos de nosotros hemos vivido situaciones de gran dolor, de pérdida, de enfermedad, de nuevas situaciones en nuestros trabajos y tantas situaciones que nos dan motivo para llorar. Trasmitiros mi pésame y el de la Junta de Gobierno, en caso de que algún familiar o conocido haya fallecido. Especialmente queremos mostrar nuestro pesar por el fallecimiento del padre y tío de nuestro director espiritual el P. Enrique y a la comunidad de Mercedarios que están sufriendo con esta pandemia varias pérdidas y muchos desvelos. Al igual que tener un recuerdo agradecido por el que fuera párroco de la Purísima Fructuoso Mangas y también, Miguel Ángel director espiritual de la Hermanad en los primeros años.

El Domingo de Ramos todos lloramos, no solo por no poder hacer nuestra Estación de Penitencia, sino porque nuestra identidad de cofrades nos lleva a estar comprometidos ante el dolor que vemos. Nosotros cada vez que contemplamos a Jesús Despojado, vemos la situación de despojo que en la actualidad sufren tantos hombres y mujeres.

Me emociona muchísimo comprobar cómo nuestra Hermandad sigue viva, aunque no se abran las puertas de la Iglesia de la Purísima o las de San Sebastián, donde aún permanecen en el altar de cultos Nuestros Sagrados Titulares. Quiero expresar mi gran alegría al comprobar que realmente queremos ser portadores de Caridad y Consuelo en este mundo. Iniciativas como la que han tenido nuestros costaleros y capataces, dan sentido de nuestra identidad como Hermandad, de lo que hemos ido denominando el ADN Despojado. No podemos perder lo que somos, nuestra esencia, sino todo se desmoronaría. Una de las grandes lecciones de este tiempo ha sido la gran constancia en todas las actividades y propuestas que hemos hecho a los más pequeños de la Hermandad, ¡GRACIAS! sois testigos de que el Señor Resucitado vive, con vuestra alegría y aliento nos lo recordáis.

Quiero compartir con vosotros, la situación actual de la Hermandad. Nos encontramos ante una realidad que nunca habíamos vivido. Somos una Hermandad joven, pero debemos recordar que esta Hermandad nació en momentos muy complicados socioeconómicos y digamos que la Hermandad siempre estuvo ahí, luchando, trabajando y con una dinámica de crecimiento. Ahora nos encontramos ante una situación mucho más desconocida, sabemos que vamos a tener que modificar modos de hacer y de celebrar. No sabemos como nos afectará en nuestro día a día; pero sí sabemos que será diferente a lo que veníamos viviendo.

La situación de muchos hermanos y hermanas que vivís en la incertidumbre del trabajo, la familia, el futuro… es una realidad que a nosotros como Junta de Gobierno nos interpelan y nos hacen buscar posibilidades de ayuda para paliar esa realidad.

Por otro lado, nuestra Hermandad tiene una serie de compromisos económicos, de proyectos, de trabajos, que deberemos de analizar y ver cómo se podrán llevar a cabo, ante estas situaciones. Hemos acordado una serie de medidas y recordatorios que nos ayuden a situarnos ante la realidad que tenemos como Hermandad, para que así en la medida personal de cada uno, valore que es lo que puede hacer.

Mientras que todos estamos confinados en nuestros hogares, en uno de ellos, y ahora ya en el taller emerge del barro la bella Imagen de Nuestra Señora de la Merced que están realizando Juan y Pablo en la ciudad de Córdoba. En medio de la tiniebla y cuando parece que nada hay de vida, se está modelando y ahora ya, esculpiendo esta Imagen, que pronto será presentada a todos, para hacer nuestro el proyecto, para que vivamos despiertos de los sueños que nos ponemos como Hermandad.

Motivos de alegría, también han sido la llegada al mundo de niños en nuestra Hermandad. El misterio de la vida encarnado, en medio de la Pandemia, por ejemplo, con la llegada de los pequeños Javier y Héctor y alguno más, nos invitan a seguir creyendo en la importancia de construir un mundo mejor, más justo y mas fraterno. También podemos poner rostro y nombre a algunas personas que se han curado. A mí se me viene, el de nuestro pastor D. Carlos, quien nos erigió canónicamente y que sabemos del cariño que tiene hacia nuestra Hermandad. Y así tantas y tantas circunstancias que nos hacen seguir esperanzados.

Quiero terminar, acordándome de todas las personas que estáis al servicio de nuestra sociedad: personal sanitario, fuerzas armadas, cuerpos del estado o aquellos que con vuestro trabajo seguís aportando en tiempos no fáciles, en los supermercados o repartiendo en nuestros hogares. Todos ellos contribuyen con su labor impagable a que podamos llevar a cabo una vida lo más normal posible dentro de estas circunstancias.

Un recuerdo especial a nuestros mayores, ellos son muy importantes en nuestra Hermandad, ellos nos sostienen con su sabiduría y también con su firme y constante oración. Ellos que en esta situación son los más débiles, deben ser para nosotros una prioridad. Gracias por ser de nuestra Hermandad, por formar parte de esta familia y por vuestra entrega constante.

Y a todos, os pido que en este tiempo sigáis en oración, viviendo vuestra fe, porque sabemos que vendrán otros tiempos, deseando que sean para mejor. Llegará el momento de volvernos abrazar. Se lo pedimos a Nuestros Sagrados Titulares, por Jesucristo, nuestro Señor. Amén

Share this:

CONVERSATION